martes, 26 de mayo de 2015

La Audición. Anatomía, funcionamiento y enfermedades

La Audición. Cómo llega el sonido a nuestro cerebro


El sonido es un elemento físico que se transmite en el espacio y el tiempo. Sólo podemos "atraparlo" cuando lo sometemos a un proceso de grabación. El proceso hasta que nuestro cerebro recibe la información sonora es un acontecimiento bastante complicado.
A través de este recurso podrás entender mejor cómo se produce. Pincha en el enlace de abajo para ver el vídeo explicativo.


¿Cómo escuchamos?


En este vídeo vas a ver cómo funciona nuestro oído.
Pincha sobre la imagen para verlo.
Toma nota en tu cuaderno de la información más importante.



Anatomía del oído


CÓMO ESCUCHAMOS





Entre las enfermedades más comunes que pueden afectar a nuestro oído están: El síndrome de Menière, el vértigo posicional, la otitis media, el colesteatoma y los acúfenos.
En el siguiente enlace te mostramos en qué consisten estas enfermedades. 

ENFERMEDADES DEL OÍDO

LA OTITIS

Algunas de las enfermedad más comunes que pueden afectar a nuestro oído son las otitis.
Se trata de una infección o inflamación del oído medio debido a una obstrucción en la trompa de Eustaquio.
La otitis media normalmente está producida por una infección bacteriana o vírica de las vías respiratorias superiores que se extiende al oído desde la trompa de Eustaquio. También puede deberse al bloqueo de los senos nasales por alergias o por hipertrofia de las adenoides. En algunas ocasiones se produce cuando se rompe el tímpano.
Los niños suelen presentar este tipo de infecciones porque las trompas de Eustaquio son más cortas, estrechas y horizontales que en los adultos. Las infecciones crónicas son mucho menos comunes que las agudas.
Los síntomas más habituales son dolor y sensación de que hay algo dentro, irritabilidad, fiebre, derrame de líquido del oído y en algunas ocasiones diarrea y vómitos.
Existen una serie de factores que aumentan el riesgo de sufrir este trastorno como haber tenido una enfermedad respiratoria recientemente que haya mermado las defensas del organismo. Otros motivos son la falta de higiene, los cambios de altitud, algunos condicionantes genéticos y estar expuesto al humo del tabaco.
Se puede administrar antibióticos si la infección tiene apariencia de un origen bacteriano.
En algunos casos se puede recurrir a la extirpación de las adenoides para desobstruir la trompa de Eustaquio. También se puede optar por la apertura quirúrgica del tímpano para drenar el líquido acumulado y colocar o no tubos para ese drenaje.
Los expertos aconsejan que se deben tratar las infecciones agudas del oído lo antes posible para reducir el riesgo de sufrir una otitis media crónica.
EL COLESTEATOMA
Un colesteatoma es un quiste benigno que aparece en el oído medio y que puede ser de origen congénito o bien adquirido a lo largo de los años; por ejemplo, por culpa de infecciones crónicas. Aunque su crecimiento es lento, se trata de una acumulación de tejidos que van invadiendo el interior del oído hasta llegar a provocar problemas de audición y, en los casos más graves, complicaciones cerebrales.
Una inflamación crónica de la trompa de Eustaquio o las otitis frecuentes pueden 'estropear' el sistema natural de ventilación del oído, que acaba empujando a la membrana timpánica de forma equivocada y provocando una bolsa de retracción. Esto crea un pequeño saco que se va llenando con células viejas, tejido epitelial y otros materiales de la descamación natural del oído. Todos estos desechos se acumulan y crecen invadiendo el interior del oído hasta llegar a causar serios daños en los delicados huesos internos del oído.
En el caso de los colesteatomas de nacimiento (congénitos), su origen hay que buscarlo en restos de tejido embrionario que quedan en el oído del recién nacido.

La cirugía, única opción

Aunque en algunos casos los síntomas son tan leves que el paciente no percibe el problema, algunos signos sí pueden alertar para visitar al otorrino a tiempo: disminución de la audición, vértigos, supuración, dolor de oído... Cuando el colesteatoma no se ha detectado a tiempo y ha crecido demasiado hasta invadir estructuras cerebrales, puede ocasionar también fiebre, dolor de cabeza y, en casos extremos, meningitis, abscesos cerebrales o fístulas de líquido cefalo-raquídeo.
Para no llegar a este extremo es importante acudir periódicamente al otorrino, sobre todo si aparecen algunas molestias. Un primer examen mediante otoscopio (un instrumento que permite iluminar y ver el interior del oído) puede revelar la presencia de este característico tejido blanquecino asomando por el tímpano. A veces, sin embargo, es necesario recurrir a otras pruebas (como un escáner o una resonancia magnética) para descubrir la presencia del colesteatoma.
La única opción para extirpar esta lesión y evitar que siga creciendo es la cirugía. A pesar de ello, el quiste puede reaparecer porque quede algún resto microscópico de células viejas que no se pudieron extirpar la primera vez o bien porque hayan reaparecido los problemas que lo ocasionaron. Algunos pacientes pueden notar una pérdida de audición después de la cirugía, aunque este problema también puede solucionarse mediante otra intervención para reconstruir las estructuras del oído dañadas.




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